martes, 21 de febrero de 2017

Convergencia entre Prospectiva y Liderazgo

“El futuro es el presente…un poco más tarde” Jim Dator

En el libro que escribí junto al Dr. Arana, titulado “Liderazgo Visionario: El arte de convertir la visión en realidad”, una de las urgencias planteadas es el desarrollo de las capacidades prospectivas o de “acercamiento sabio al futuro” del líder. Esta es una dimensión para el líder estratégico que no puede dejar fuera. El fortalecimiento del “musculo ocular” (o capacidad visionaria) que permite ver a largo plazo precisa ejercicio diario, continuo e intencional. La prospectiva no es solo necesaria para el análisis del ámbito político y económico, es también relevante para otras disciplinas relacionadas con el quehacer de la cultura y el avance de la civilización (incluyendo la ciencia, las artes, la tecnología, la medicina, entre otros.)

En su libro “Prospectiva Política”, la mexicana Dra. Guillermina Baena Paz, cita a la prospectiva asociada a la libertad y al poder (Gabiño, 1998); así como a la búsqueda de una forma de reflexión colectiva, “de una movilización de las mentalidades frente a los cambios del entorno estratégico” (Godet, 1996). ¿No es acaso entonces la prospectiva mera persuasión estratégica hacia cambios colectivos de percepción ante lo que viene? ¿No es liderazgo eso de acercar personas con futuro? En este sentido, la prospectiva es mucho más que solo la creación de escenarios futuros, la convergencia de la planeación a largo plazo, la formulación de visiones, o del cambio social (aunque estos son útiles y necesarios); sino que es más bien profundizar en la realidad futura a través de la acción decidida y concertada.

Según Baena Paz, “la prospectiva nos ayuda a explicar los problemas complejos que están entretejidos en las telarañas de las estructuras sistémicas, a descifrar los niveles del análisis, deslindar lenguajes simbólicos, traducir códigos, llegar a los significados profundos para saber lo que realmente dicen los discursos y las estrategias del poder” Una vez que haya reflexionado a través de la prospectiva el entramado sistémico de la sociedad, el líder queda más adecuadamente habilitado para distinguir y moverse entre el futuro posible (futurible), el probable y el deseado. La dimensión del liderazgo de movilizar recursos y percepciones en una dirección, cobra sentido, cuando es hacia un futuro que es deseado.

Richard A Slaughter, en los años 1990’s percibió la prospectiva como “conscientemente trabajar para completar la transición hacia un mundo sustentable mientras aún hay tiempo”. Acá se resalta la acción intencional y a tiempo que ha de tener el líder en sus funciones y responsabilidades estratégicas ante el devenir del futuro y su impacto al ecosistema organizacional. Rivera Porto dice que conjeturas del tipo “qué pasaría si”…, nos ayudan a medir las consecuencias, crear imágenes posibles y evaluar estas alternativas para encontrar oportunidades, brechas o incluso antifuturos que prevenir.

Es entonces la prospectiva un aspecto clave en el compendio de capacidades de liderazgo para discernir mejor el porvenir y estar así mejor preparado para encontrárselo.


Buena Paz, G. (2004). Prospectiva Política. Guía para su comprensión y practica. Proyecto Papime. 1ra Edición. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. México, D. F.

lunes, 13 de febrero de 2017

Marco de referencia para liderar en tiempos de turbulencia.


Una exploración de liderazgo se enfoca en hallar congruencia entre las convicciones profundas del líder, sus acciones y el efecto final que genera su interacción sobre organizaciones en específico, y sobre la sociedad en general.  La primera y quizás más vital área de adecuación en la vida de un líder está en lo interno; en hallar integraciones cruciales entre las aspiraciones internas, los valores y la satisfacción personal. Ron Jenson, autor de liderazgo y coaching, se refiere a la necesidad de articular un marco de referencia en las vidas de los líderes a fin de garantizar dirección y efectividad de forma sostenida, aun en medio de cualquier ambiente de turbulencia, complejidad y/o velocidad. Se refiere a la necesidad de alinear rigurosamente los objetivos medulares a la luz de cuatro aspectos cruciales (4 P’s): los propósitos, principios, peculiaridades y prioridades, más descritos a continuación:

·         Propósitos: Son asuntos de gran valor que se aspira alcanzar, y determinaciones firmes para realizar algo.
·         Principios: Los principios son leyes naturales atemporales que gobiernan el desarrollo de la vida, la afectividad personal y las relaciones interpersonales. No representan simplemente los valores de una sociedad o persona. Los valores de una sociedad pueden desviarse en un momento determinados de los principios, pero los principios nunca dejan de ser ni pierden vigencia. Los principios no son una moda, pues se aplican en todo lugar y época. Los principios son guías fundamentales y universales. Son un set o portafolio de estándares objetivos que determinan un núcleo confiable para la toma de decisiones.
·         Peculiaridades: Son aquellas diferencias y/o distinciones que identifican y caracterizan al líder. Incluyendo los puntos débiles y fuertes desde los que funciona.
·         Prioridades: Entre el sinfín de asuntos que hacer, emergen una pocas que resultan de mayor relevancia, de mayor urgencia y/o de mayor implicación estratégica.

Alienar rigurosamente objetivos supone entonces vivir con enfoque, y enfoque es la habilidad de mantener un esfuerzo concentrado en una tarea y meta específica con la expectativa de producir resultados asombrosos.

Por medio de este proceso explorador interno dentro de la complejidad de la esfera humana, los líderes establecen su esfera de influencia primaria, consigo mismos, y prueban su habilidad para lograr congruencia propia duradera y felicidad trascendente.


Algunas preguntas valiosas en torno a esta reflexión serian: ¿Hago correcciones en mi camino para realinearme con mi misión y objetivos trazados? ¿Cuál es el marco de referencia a través del cual alineo mi andar?