
Es importante comprender que el coaching no termina con la autoconciencia,
o con el hecho de darse cuenta de algo relevante. El siguiente paso es la
acción con miras a obtener resultados
deseados, y la rendición de cuentas ayuda en ese proceso, al brindar un sistema
que sostiene el enfoque y el ánimo a través de técnicas de refuerzo, apoyo y
retroalimentación en la consecución de una meta.
Por otra parte, la rendición de cuentas es el producto de un acuerdo
entre el coach y el coachee, en el cual el coachee asume la responsabilidad y
el compromiso por la meta, y el coach sirve de acompañante y espejo en
movimiento del coachee.
¿Cómo hacer una
rendición de cuenta efectiva?
El desarrollo de un
proceso efectivo involucra escribir las respuestas a estas cuatro preguntas:
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¿A quién le rindo cuentas? Al coach.
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¿De qué soy responsable? La meta en concreto.
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¿Cuándo hablaremos de rendir cuentas? Fecha, frecuencia.
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¿Cómo me pedirá cuentas? La pregunta específica.
Es importante que sea posible
distinguir que la rendición de cuentas, como proceso hacia la efectividad, incluya
estos aspectos:
- Es estructurado: Acordado entre el coach y el coachee.
- Es regular: El coachee reporta su tarea o avance cada semana, quincena, o con
la frecuencia que se acuerde.
- Es específico: Tiene una meta clara de lo que hará cada semana, mes o periodo de medición.
- Es medible: O lo hizo o no lo hizo. Se orienta a resultados concretos.
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Es motivador: La rendición de cuentas provee un apoyo positivo y una motivación hacia
un cambio.
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En resumidas
cuentas, en el coaching rendir cuentas es fundamental para el avance y la
efectividad.