La forma colectiva imperante en una organización en términos de liderazgo puede ser el elemento distintivo sobresaliente de la estrategia corporativa. La “marca de liderazgo” de una organización, según la terminología usada por David Ulrich, puede significar la fuente desde la que se compite. A través de los años la investigación organizacional ha evolucionado su invitación a debatir sobre si las organizaciones deben competir basadas en: ubicación, recursos, procesos, marca a nivel de productos, firma o industria, entre otros; sin embargo, en una era en la que la credibilidad institucional e individual escasea, la idea de competir desde la construcción de una marca de liderazgo no es descabellada (Ulrich, 2011). Si bien lo intangible es mas difícil de medir que lo tangible, construir estrategias organizacionales enfocadas en el desarrollo de sus individuos como líderes, permitirá constituir un distintivo colectivo que transcienda lo tangible a través del tiempo. Orientar intencionalmente la perspectiva hacia fomentar comportamientos distintivos en términos de liderazgo a todo nivel denota grandes ventajas. Una de ellas es la de lograr traducir intenciones organizacionales (ejm. bajos costos, confianza, experiencia, etc.) en comportamientos concretos a nivel de liderazgo. Otra ventaja es crear un ambiente de co-desarrollo de habilidades que facilite una cultura de permanencia y compromiso. Logrando así de esta manera construir equipos de trabajo que puedan decir “Nuestro Liderazgo nos distingue” y lograr así competir desde una base diferente.
Ulrich, D. (2011) Leadership for the Future: How to be a better future and built effective leadership. [Webinar] International Leadership Association (ILA). Retrieved on February, 2011, from https://www2.gotomeeting.com/
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