sábado, 31 de enero de 2015

Las 3 Dimensiones del Liderazgo Visionario

Así como una brújula orienta para desplazarse con confianza y convicción, la visión crea un sentido de dirección y canaliza la acción en el entorno donde el líder se mueve. El éxito en el ejercicio del liderazgo requiere desarrollar, entre otras, la capacidad de fecundar y proyectar la imagen apremiante de un estado deseado de cosas, la clase de imagen que produce entusiasmo, pasión y sentimiento de compromiso en otros.

En el libro Liderazgo Visionario: El arte deconvertir la visión en realidad, que publique en 2014 junto al Dr. Arnoldo A. Arana, se plasma una guía progresiva que le puede facilitar a todo líder que logre un mejor dominio del arte visionario y se asegure de estudiarlo en sus tres dimensiones principales [articular, comunicar y ejecutar], y a continuación un resumen de ellas:

La primera dimensión es Articular la Visión. Esta trata sobre el inicio del proceso a través del cual el líder concibe y articula la visión en un sentido estratégico. Este es el génesis visionario, la iluminación estratégica que impregna de posibilidades y novedad lo existente en el sistema organizacional. Concebir una visión precisa de parte del líder descifrarla en todas sus dimensiones, logrando así profundizar en las aristas, fuerzas, factores y fuentes que sirven de insumo para su comprensión, ventilación e instalación desde el líder hasta el contexto organizacional total. Al surgir una visión clara, el sistema organizacional tiene el material que necesita para energizarse, alinearse y empoderarse. Esto básicamente se logra ya que una visión claramente definida tiene el potencial de estimular desde el espíritu y el sentimiento a la mente y al compromiso de la gente.

La segunda dimensión es Comunicar la Visión. Esta trata el proceso iniciado por el líder de comunicación o democratización de la visión. Es el arte de transmitir las visiones eficazmente desde una perspectiva que implique persuasión, inspiración, y sentido de logro con relevancia moral. Algo que distingue a un líder efectivo de otro que no lo es, es su capacidad de atraer y movilizar a los miembros de una organización hacia una realidad futura mejor que la que está o la que ellos son capaces de imaginar. En este sentido el líder evoca los elementos retóricos definidos en la filosofía griega para impactar integral y positivamente a sus colaboradores. El líder, antes de convencer usando el logos (convicción), primero se esfuerza por dejar asentado el pathos (emociones) y el ethos (credibilidad). El líder apela a los recursos emocionales y espirituales de su gente, a sus valores y compromiso, a fin de producir (sin manipular) la mejor comprensión posible e identificación con la visión de la organización. El resultado de plenitud en esta dimensión es la posesión colectiva, no centralizada, de la visión en el contexto total organizacional.

La tercera dimensión es Ejecutar la Visión. Esta trata lo necesario para que el líder consiga y mantenga el enfoque y el rumbo de la visión hasta alcanzarla. De nada o poco serviría una excelente visión, compartida por todos en la organización, pero no alcanzada. El líder protagoniza el proceso de alcance de la visión; su perseverancia, ejecutividad y seguimiento facilitará el cumplimiento de la misma. Por un lado, esta dimensión se refiere a la importancia y la expresión plena evidenciada por medio del dominio de las piezas del rompecabezas que completan la visión. El dominio de la visión demanda el desarrollo de cinco destrezas claves para la generación, comunicación, sostenibilidad y logro de la visión:
1.       Dominio personal (guiarse a sí mismo)
2.       Dominio en el uso del tiempo
3.       Dominio en la ejecución de la tarea
4.       Dominio en la construcción de las relaciones
5.       Dominio en la comprensión y manejo del contexto

Por otro lado, en un sentido más estratégico, esta tercera dimensión plantea la necesidad de actuar con ingenio estratégico en tiempos de crisis y/o retos para alcanzar la visión, es decir, con una mezcla de resiliencia y respuestas creativas como elementos clave para el logro de cualquier visión.
Como conclusión, el vital asunto de la visión desde estas tres dimensiones pretende nutrir la discusión y profundizar en el tema de cómo abordar hoy el futuro que se avecina con efectividad, tan fundamental en la gestión de todo líder. No es suficiente ser líder y tener una visión, es necesario conjugar ambas en un liderazgo visionario que personifique y comparta la dirección estratégica de la organización, es decir, que orqueste lo filosófico al son de su cumplimiento efectivo.

martes, 27 de enero de 2015

Las Preguntas Poderosas en el Coaching

El coaching funciona dentro de las conversaciones, las cuales a su vez se construyen en parte desde el arte de hacer preguntas. La mayéutica socrática, en su esencial postulado de “facilitar el auto-alumbramiento de ideas”, usa las preguntas como vehículo para la transformación. En el coaching, preguntar ocurre para que la persona se dé cuenta de ciertas cosas y luego haga algo al respecto.

El autor Ramiro Ponce, se refiere a la relevancia de formular las preguntas correctas, a fin de que “el cliente descubra que sabe mucho más de lo que creía que sabía. Y esto requiere limitar la propia vanidad de: ‘Yo te voy a mostrar como es el mundo’". Cuando un coach pregunta, lo hace para ayudar al coachee a explorarse a si mismo, a explorar las circunstancias que le rodean, a explorar su futuro deseado y a decidir en torno al anterior. En primer lugar, explorarse a si mismo implica descubrir las motivaciones, valores y perspectivas desde las que parte para aspirar el logro de alguna meta o avanzar en alguna dirección en particular. Luego, en segundo lugar, explorar las circunstancias implica visualizar la realidad desde varias aristas en búsqueda de nuevas y enriquecedoras perspectivas que alumbren la toma de conciencia y evoquen posibles planos de acción. En tercer lugar, explorar el futuro deseado implica el visualizar posibilidades anheladas en medio de futuros alternativos, y por ultimo a generar compromisos con el curso de acción con mayor resonancia para alcanzar ese futuro deseado. En esas cuatro progresiones, son las preguntas las que facilitan el entrar y el hacer la transición de manera apropiada a lo largo de las mismas.

Mientras que el coach tiene el deber de formular preguntas poderosas que movilicen al coachee a la próxima etapa de reflexión, desarrollo y/o avance en cualquier asunto que este abordando en un momento en particular; por otra parte, el coachee tiene la opción de recibir, procesar y generar una respuesta que le signifique transformación. Al verse en la necesidad de responder sinceramente, el coachee en cierta forma se está comprometiendo con un nuevo orden de pensamiento, sentimiento y acción. Cuando un coachee recibe una buena pregunta, se convierte en depositario de un reto ya que se enfrenta a un mundo de posibilidades que le requiere sincerarse con sus expectativas, valores y capacidades para actuar de forma congruente y organizada.
Una pregunta poderosa usualmente deja al coachee ya sea impresionado, incomodado, sin respuesta automática, pensando, sintiéndose esquemáticamente desarmado por un momento y hasta quizás necesitado de una pausa para la reflexión; o sencillamente una mezcla de las anteriores. Las preguntas poderosas usualmente desbordan movilización al torrente sanguíneo del coachee al crearle un nuevo espacio de oportunidades que la mente, si es sincera, querrá llenar con emoción, conciencia y determinación.


El mismo autor Ponce refiere a que una de las habilidades para hacer coaching implica lograr “formular preguntas inteligentes, enfocadas y relevantes y además sondear con tacto las consecuencias de las acciones propuestas por el cliente para re-dimensionar el alcance de estas acciones”. El asunto entonces no es solo preguntar por preguntar, las preguntas han de ser realizadas adecuadamente, en el momento preciso, con la intensión adecuada, según el hilo conductor de la conversación o el proceso, con el componente emocional propicio y según la más alta expectativa de generar la movilización y/o la transformación necesaria. Para la organización Lifeforming Leadership Coaching, las preguntas poderosas son aquellas “que abren nuevas perspectivas sin causar ninguna reacción”; elevando así tres distinciones: la primera, es que hay preguntas poderosas y otras que no lo son, la segunda es que las preguntas poderosas permiten al coachee abrirse a nuevas perspectivas, y la tercera, es que las preguntas poderosas llevan un componente emocional adecuado que permiten al coachee moverse tranquilamente. Por otra parte, el Observatorio Europeo de Coaching considera que “la importancia de una pregunta radica en el efecto que genere su respuesta en el cliente, en los mecanismos mentales y emocionales que se activan a lo largo del proceso de Coaching.”

Referencia:
Adaptado del Articulo "Las Preguntas poderosas en el Coaching: Destape la creatividad y active la innovación" www.mentorgerencial.com del mismo autor, Dr. Jesus A. Sampedro Hidalgo

sábado, 3 de enero de 2015

Los 5 BlogPosts de Liderazgo mas leídos en 2014

Este 2014 tuvimos la oportunidad de seguir la interacción con miles de líderes en Iberoamérica y el mundo a través de nuestro blog. En caso de que te los hayas perdido, aquí compartimos los blogpost que tuvieron mayor resonancia y receptividad. Esperamos sean de utilidad y contribuyan a tu éxito: 


  • Lista de preguntas poderosas [Coaching]
  • “Liderazgo Visionario” es el Nuevo Libro de Jesús A. Sampedro y Arnoldo A. Arana.
  • El descenso peligroso de un líder.
  • La visión canaliza el impetu y evita el desenfreno.
  • La Formula de GLOBAL LEADERSHIP CONSULTING ante la Crisis.

  • Esperamos seguir traduciendo nuestras investigaciones y experiencias en ideas compartibles para la transformación del liderazgo. Tus sugerencias y opiniones complementarias nos interesan. Seguimos comprometidos en este 2015 contigo!