jueves, 31 de octubre de 2013

Líderes y organizaciones que se sobreponen

Para que las organizaciones dejen de ser simples sobrevivientes y se convierten en organizaciones sólidas que se mantienen en el tiempo gracias a sus estrategias corporativas es preciso que desarrollen confiabilidad en el liderazgo y enfaticen en el equipamiento de las generaciones emergentes. Un reciente estudio global de Deloitte realizado a 1.300 líderes organizacionales y gerentes de capital humano de 59 países arrojó que el asunto que más les apremia actualmente es el desarrollo de liderazgo de la próxima generación, o mejor dicho, de los líderes que a futuro tomaran las riendas de las organizaciones de hoy. Las particulares características de las nuevas generaciones (ej. falta de compromiso, independencia, empuje, creatividad, conocimiento, autonomía, entre otras) que ingresan actualmente al mundo laboral representan un reto para la sostenibilidad organizacional. Por eso es preciso tomarlos en serio y formarlos bien. Por otro lado, al estudiar varios rankings que miden hoy día los mejores lugares para trabajar, es posible resaltar que el factor determinante para el éxito es la creación de un ambiente de confianza. En este sentido, los líderes precisan aprender a hacerse confiables ellos mismos primero y así modelar o impregnar el ambiente de confianza con sus equipos. Para esto la fórmula es una mezcla de competencia (Capacidad), apertura y honestidad (comunicacional), preocupación por los empleados, confiabilidad, identificación, reciprocidad y justicia.

Referencias

Deloitte (2013) Resetting Horizons Human Capital Trends 2013. Retrieved from the internet on 31/10/2013 from www.deloitte.com

martes, 29 de octubre de 2013

Líderes: Interpretes de los tiempos

Los líderes son intérpretes de los tiempos, del momento actual, de las fuerzas que forjan el mercado, de las necesidades dentro y fuera de la organización. El asunto de saber qué hacer hoy para ser relevantes a los retos de hoy y de mañana está en el centro de la gestión de todo líder. Los autores Bennis y Nanus comentan que el liderazgo se trata de “hacer lo correcto”, es decir, hacer lo que se necesita hacer para movilizar a la organización en la dirección apropiada.
La respuesta individual y corporativa ha de estar adecuada (en fuerza, dirección y creatividad) a las exigencias del entorno, nada más, nada menos. Emprender iniciativas de avanzada ha de llevar temple en conexión entre el futuro y la realidad actual, no sirve solo ver el presente o solo ver el futuro, se requieren ambas. Igualmente, tratar de resolver asuntos de hoy con las estrategias, mentalidades, tácticas y recursos de ayer, sencillamente no producirán un impacto de efectividad.
El autor Henry Cloud se refiere a esto al reconocer que los líderes de carácter son aquellos que “enfrentan la realidad tal cual es”; sin embargo, ¿cómo puede un líder enfrentar una realidad que no comprende? El primer paso entonces es procesar y definir concretamente donde esta parada su gestión de liderazgo y que se necesita para abordarla de forma relevante.
En este proceso de definir la realidad, los líderes logran incrementar su noción al identificar tendencias en tres dimensiones: tendencias actuales, tendencias en conformación y tendencias emergentes. Identificar las tendencias actuales solo sirve para reconocer las fuerzas que conforman la realidad de hoy, solo es un proceso informativo ya que en términos estratégicos no hay mucho que hacer, solo convivir con ella luego de entenderla. Las tendencias en conformación son aquellas que ya han avanzado y tendrán un efecto posiblemente en un lapso de dos a tres años. Con ellas aún se puede hacer algo, especialmente a nivel de exploraciones tácticas. Y por último, las tendencias emergentes, son las que apenas pueden percibirse, requieren intuición para ser detectadas, aunque tendrán efecto probablemente en un periodo de cuatro a cinco años. Prestar atención intencional y constantemente a estas tres dimensiones amplia la capacidad interpretativa de todo líder.

Dentro de todo equipo siempre es útil tener por lo menos a un “interprete de los tiempos”, a alguien que funda con don de profecía, a algún pensador, a alguien que capte los flashes ocasionales, las señales, las evidencias que lanza el mercado y  los procesos, y que sea capaz de discernirlos y ordenarlos en forma de ideas concretas. Estos líderes son usualmente incomprendidos y tenidos por utópicos, pero son realmente valiosos retadores del status quo que terminan por acomodar a la organización hacia su mejor futuro.