Resumen tomado de una entrevista que me hicieron para la edición aniversario
de la Revista Dinero (Numero 285 – Oct. 2013).
Los errores más comunes que muchos líderes organizacionales cometen al
planificar son el auto-inducirse la miopía estratégica y la falta de
planificación del seguimiento (ejecución). El primer asunto de la miopía estratégica se deriva de que el
entorno organizacional actual pretende que los líderes sean “Tramitólogos”,
significando esto tener que enfocarse en lo urgente ante la cantidad de
requerimientos y/o situaciones que surgen día a día. En ese ejercicio, los
músculos para “ver” a largo plazo se desmejoran o se van atrofiando
progresivamente (miopía estratégica). Como consecuencia, el líder sin darse
cuenta puede terminar planificando cada vez a más corto plazo, enfocándose solo
en el aquí y en el ahora, y dejando progresivamente de usar su imaginación,
capacidad visionaria y buscadora de oportunidades esperanzadoras a largo plazo.
El otro asunto es la falta de
planificación del seguimiento. Muchos planes inician bien pero mueren por
falta de seguimiento. La idea es prestar más atención al momento de planificar
en establecer mecanismos de seguimiento, acompañamiento, acompasamiento y ánimo
a lo largo del camino en la prosecución de lo planificado. En pocas palabras,
planificamos mucho, pero no planificamos el seguimiento con la misma
rigurosidad. Nuestros estudios en Global Leadership Consulting arrojan que la
capacidad de “ejecución”, o de hacer que las cosas sucedan, es uno de los
factores clave para el liderazgo de alto impacto. En vista de estos dos
asuntos, vea hacia adelante con esperanza y haga seguimiento a lo planteado.
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