jueves, 12 de enero de 2017

Los lideres preguntan ASI, con Atrevimiento, Sensibilidad e Inspiración

Los líderes indagan con curiosidad estratégica, investigan diligentemente, van más allá de lo evidente, se sobreponen a los obstáculos conversacionales, no se adecuan a lo obvio; los líderes usualmente hacen lo que sea para llegar al corazón o núcleo de cualquier asunto relevante que emerja. Ese núcleo que requiere interacción intencional, capital relacional y una comunicación madura es  también el espacio donde se generan apertura, toma de consciencia, reflexión profunda, sinceridad, disposición a la acción; y es justo donde también se incuba la transformación.

Ahora bien, los líderes usualmente quieren llegar al centro de los asuntos de la forma más rápida posible, pero no siempre la rapidez es amiga de la amabilidad, el respeto y el honor. Es por eso relevante desarrollar la capacidad para llegar al núcleo de transformación con elegancia, capacidad, inspiración y rapidez a través de un código comunicacional de efectividad. Buena parte de las capacidades requeridas están implícitas en el arte de conversar efectivamente, y muy relacionado especialmente con la formulación de preguntas poderosas. Según el Dr. Joseph Umidi, fundador de Lifeforming Leadership Coaching, “las preguntas poderosas traen poderosa iluminación”. Es decir, las preguntas efectivas y contundentes contienen el poder para remover bloqueos mentales, abrir ventanas de creatividad, y añadir posibilidades a la voluntad.

Es por eso importante explorar las dimensiones de lo que hacen que una pregunta sea considerada como poderosa. Las buenas preguntas, las poderosas, usualmente tienen, entre otras, algunas o todas de estas tres características que se presentan a continuación:

Atrevidas: Una pregunta atrevida es aquella que rompe el silencio, que corta con la inercia del momento y logra alterar el curso conversacional. Es una pregunta que se puede ver como una intervención en positivo, hacia adelante, hacia la toma de consciencia y/o hacia la acción. Las preguntas son atrevidas porque quizás más nadie las había pensado o no se había atrevido a hacerlas. Este tipo de preguntas implican un riesgo relacional, hay mucho que arriesgar, pero también mucho que ganar. La gente usualmente recuerda el momento cuando una pregunta poderosa fue formulada, y usualmente es posible reconocer lo osado o atrevido que fue el interlocutor, líder o coach que la formuló.

Sensibles: Una pregunta acertada, contextualmente apropiada o sensible es aquella que es hecha por la persona correcta, en el momento correcto, con la intención correcta y formulada de forma correcta. En esta dimensión se junta el corazón que la diseña, la mente que la estructura y la boca (acompañada del cuerpo) que la entrega. Es importante considerar que no toda persona puede formular cualquier pregunta y lanzarla en cualquier momento, es por ende, clave tener el permiso implícito de la persona y ser hecha en el sitio/momento adecuado para que tenga el mejor de los efectos. Otro aspecto importante de la sensibilidad es la paciencia para escuchar la respuesta, especialmente ya que no todo el mundo procesa igualmente la información. Una pregunta sensible cultiva la honra, facilita la apertura, construye capital relacional y evoca la transformación.

Inspiradoras: Las buenas preguntas tienen el potencial de generar cambios de gran escala. La intención de formular preguntas que inspiran tiene mucho que ver a su vez con tres aspectos: 1) que reten a imaginarse y crear un mejor futuro; 2) que estén contenidas en un sistema lingüístico positivo; y, 3) que incluyan gran expectativa en cuanto a que la persona podrá dar lo mejor de sí misma. La gente usualmente percibe si el líder formula preguntas cuyas respuestas son en beneficio propio o del que responde. El verdadero líder tiene la intención de activar procesos de transformación significativa en la vida de sus colaboradores.


En conclusión, formular preguntas poderosas que sean Atrevidas, Sensibles e Inspiradoras (ASI) ha de ser una capacidad intrínseca de todo Líder-Coach. Poniendo así en contexto que en el corazón del buen ejercicio del liderazgo está la pasión para configurar espacios conversacionales de manera que emerja la iluminación, el bienestar, la efectividad, el propósito y sobre todo la última frontera del coaching que es la transformación.

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